El control de la miopía puede implicar una serie de estrategias y tratamientos, que pueden incluir:
- Lentes de contacto o gafas: Corrección óptica para mejorar la visión.
- Terapia farmacológica: El uso de determinados colirios puede ayudar a reducir la progresión de la miopía en algunos casos.
- Terapia visual: Ejercicios y terapias visuales diseñados para fortalecer los músculos oculares y mejorar el enfoque.
- Lentes de contacto ortoqueratológicos: Lentes de contacto que se usan durante la noche para moldear temporalmente la forma de la córnea y mejorar la visión durante el día.
- Educación y cambios en el estilo de vida: Fomentar hábitos saludables como pasar tiempo al aire libre, reducir el tiempo de pantalla y mantener una distancia adecuada al leer o realizar tareas de cerca.
El objetivo principal del control de la miopía es reducir la velocidad de progresión de la miopía, en niños y adolescentes ya que una miopía alta aumenta el riesgo de problemas oculares graves, como desprendimiento de retina, cataratas y glaucoma en el futuro.
Los pacientes que deseen explorar estrategias de control de la miopía deben consultar a un oftalmólogo u optometrista para determinar el enfoque más adecuado para su situación particular.
